jueves, 3 de enero de 2019

El lugar donde odian a las mujeres

Hoy en el Reino de España, nos hemos despertado con todas estas noticias juntas. De tres votos dos se decantan por La Manada, ayer vi el reportaje de la sexta y son gentuza, y una de las mujeres en un vis a vis pariendo un niño con ese sinvergüenza. Un niña de diescisiete violada por dos adultos en Nochevieja (feliz año nuevo a la cría, menudos cabronazos) Hoy una mujer asesinada a puñaladas por su querido hombre y el prior del Valle de los asesinos, se niega a sacar los restos del asesino jefe.
Mientras tanto el partido de ultraderecha condiciona a los otros dos partidos a derogar la ley que protege a las mujeres víctimas de violencia de género.
Estamos ante el reino de España, un país profundamente misógino y casposo.
Qué en estos tres días no está dando su verdadera cara
Misoginia, en este país no se quiere a las mujeres
Ya la cultura occidental y su aliada la religión, se encargaron de crear una feminidad, servil, frágil, dependiente y odiable. Eva traiciona a Adán con el diablo y no solo queda cómo traidora, si no también como guarra, traidora y guarra, eso es una mujer, entonces su destino será pedir perdón por existir, quizá se le perdone siendo la sirvienta de los hombres, quizá. Sin follar, sin ser feliz, sin desarrollarse. La construcción de la feminidad a medida de la misoginia no termina aquí, continua.
Nos dan una oportunidad, la oportunidad de ser la sirvienta perfecta, para serlo has de servir no solo a los hombres, sino también a de Dios: La Virgen María. Serás feliz siendo pobre, será un honor que paras en en un establo y sin follar. Todo es follar. Y la que sí folla, la puta, decide dejar de follar por seguir a un hombre, y ese hombre curiosamente es El Salvador de la humanidad. Eso es lo que nos enseñan chicas, eso es lo que le enseñan a ellos, eso es la cultura de la misoginia, y más de un país que está atravesado por estos valores hasta la médula. Qué no nos extrañe lo que decía en un reportaje un vecino de los de la Manada, al preguntarle sobre su vecino: Un chico normal, un buen chaval a lo que la periodista le contesta: ¿Está justificando la violación a la chica? No, pero la chica iba ciega y la noche...la noche...
Caspa, misoginia.
No tiene la culpa ni el porno, ni la prostitución, si hay alguien culpable es la cultura occidental y la iglesia, creando estereotipos. Y los violadores
Lo que todavía no entiendo es como sigo escribiendo esto sin sublevarme, sin salir a plantar cara (a riesgo de que me den una paliza y me maten, pero también os digo, que solo tengo que ir borracha en San Fermines o casarme con un hombre machista) a gritar, a hacer algo para que de una vez, nos respeten.
No entiendo como seguimos respetando su mundo, como he dicho otras veces, su mundo de muerte, de violencia, cómo podemos seguir durmiendo con ellos, siendo sus amigas y compañeras, sus madres, sus hijas y sus hermanas, ellos no nos respetan, no nos quieren. Este es el mundo donde se odia a las mujeres.

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