miércoles, 7 de agosto de 2019

Los niños que sí pueden tener madre

La maternidad (la reproducción de la especie humana) es, será y ha sido un método de control de los cuerpos con útero. Sacralizada por todas las religiones, para asumir el rol en la abnegación y en la sumisión bajo un mandato divino incuestionable. Después fue politizada en pos de la emancipación en el trabajo y en las universidades donde reclamaban para salir de la precariedad y la explotación del matrimonio y la vida doméstica los cuerpos con útero.Actualmente Occidente y su modelo de bienestar ha vuelto al principio divino de la maternidad, aliándose con el modelo de producción capitalista, de la reproducción de mano de obra, que ya solventado en las ex colonias, los seres humanos chiquitos implican, en occidente, más que un  gasto, un negocio, que vendría a ser, lo más importante, más que volver a la historia de siempre, a un control de ciertas seres humanas, que viene a ser una mera preocupación moral que los grandes capitales les interesa ya muy poco.Así qué, la sociedad de producción Occidental pone a la maternidad como una causa en sí misma, aprovechando el ímpetu del movimiento feminista blanco, se los ha ofrecido como un verdadero acto revolucionario. Tomando el modelo original de cultura judeocristiana Europea.Esta forma de producción de seres humanos es posible por qué se puede. La fortaleza Europa lo hace así por qué puede. Puede, por qué la maternidad la ha convertido en un proyecto, un proyecto capitalista de rendimiento de producción, ha dejado de ser obligación o imposición o accidente. Por que la obligaciòn, la imposición y el accidente es la forma en el sur global. Es un modelo que alienta la reproducción de futuros esclavos, consumidores y carne de cañón.Los cuerpos con útero a los que se les ha encargado hacer ese proyecto, son los cuerpos enmacipados, No marginales ni precarizados. Cuerpos que están en una unión heterosexual/homosexual, de dos adultos, productivos, blancos, sanos, civilizado, impunes.Este modelo de cuidados de los niños y/o el derecho a la maternidad, corresponden a pesar de las inclusiones de género a un modelo de familia tradicional, ‘segura’ , ya que inmediatamente son excluidas las maternidades pobres, putas, enfermas, racilizadas, trans, disidentes y antisociales. Estos cuerpos, como provenientes de ideas del nazismo, se persiguen y se evita la crianza y la transmisión a toda costa (y el negocio de estos seres chiquitos por su puesto)  La transmisión ha de ser, dentro de la línea, segura, burguesa, sana, cívica y con adultos productivos.Entonces, quienes vendrían a tener el derecho de la reproducción?Las buenas madres es decir, las clases burguesas y productivas.Las mujeres que no tienen derecho a ser madres, serían las pobres, las migras, las refugiadas, las trans, las enfermas, las antisociales, alegando sus pocos recursos tanto económicos como culturales, basándose en el modelo blanco burgués de la familia tradicional productiva. Reproducir seres que consuman, alienados, dentro de todas las normas, los niños que estén fuera de este modelo de familia, no tendrán derechos a ser hijxs, serán absorbidos por un sistema que comerciará con ellos y los violentará hasta el asesinato, los venderá a familias extrañas, los tendrá encerrados por 4000e al mes en condiciones deplorables, también serán violados por pederastas tanto en los centros como en las familias a los que fueron vendidos.Quiénes tienen derecho a una madre, a un hogar, donde pueda ser respetadx, amadx y queridx?Lxs hijxs de madres alienadas, obedientes, productoras y sanas, blancas de preferencia, pero sobre todo burguesas, pero no precisamente por la estabilidad económica, si no por que su clase, ya está educada para no alterar ni cuestionar el patriarcado colonial.



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