sábado, 16 de marzo de 2019

Frank Sinatra los gentleman y la masculinidad progresista

Desde que comencé mi carrera como cortesana a muy temprana edad, como stripper combinándola como GFE (Girl Friend Experience) hasta mis 40 años de hoy, he seleccionado a todos mis clientes, así como a los que les apetecía más decirles, que eran, mis novios o parejas, para que el contrato les fuera más llevadero y seguir alimentado su fantasía que estaba totalmente enamorada de su ingenio, como una buena chica tonta, y sobre todo una putilla sin pretensiones  Sí, el contrato sería más llevadero para ellos si yo manifestaba un adoración a su ingenio e inteligencia (que en la mayoría de los casos me resultó mediocre). Como cortesana proveniente de la clase obrera, pero de gustos de acuerdo con la intelectualidad, y exigencias del mercado que me interesa abordar como artista (la clase intelectual) que no es mas que la élite progresista, es decir, no deja de ser una élite, clasista y racista que en lo único que se diferencia de la élite casposa y tradicional, es que creen que son diferentes por que han leído a Marx, incluso a Foucault. Escriben sobre ello, escriben libros, hacen teatro e incluso cine, pero, al final no dejan de ser viejos blancos o criollos del sur global privilegiados, con pretensiones de modernidad y progresismo, incluso de feminismo, que se derrumban cada vez que se encuentran con una cortesana de clase obrera con un criterio propio.
Machos que comenté más arriba, pertenecen a la élite progresista del arte, machos formados en las vanguardias filosóficas y artísticas, incluso militantes de las nuevas ideas, que no es de sorprender como están invadidos por los prejuicios judeo-cristianos y capitalistas de la construcción de la feminidad.
Viejos, aburridos, con tochos interminables de discurso estéril, con problemas esenciales respecto a sus órganos sexuales... y su propia identidad que la resuelven creando ideas sublimes para otros machos, que rechazan y temen la voluptuosidad de la vida, el sexo. como coraza a una masculinidad en transito, estéril, que al no tener/querer un potencial sexual fuerte y vigoroso, escogen el camino fácil de la misoginia, y lo compensan con el ARTE, con lecturas profundas de los autores que han hecho oda a esto: Los machitos de patio:  Rimabaud, Voltaire o Borges, para justificar su odio a las mujeres, su total odio, debido a su deficit sexual. Es decir, son incapaces de follarse a una mujer. Vaya idea trascendental de la vida amigos. Algo totalmente intrascendente en una mujer intelectual. Y a la vez totalmente trascendente.
Por qué echándome piedras mi tejado, todos vuelven a Freud y el origen de todos los problemas de la raza humana, que se reducen al sexo, esa cuestión que estos viejos blancos y criollos siguen dirigiendo a su farsante y cómica intelectualidad.
En tres etapas de mi mediana vida he estado casada con estos viejitos, cultos, listos, adoradores del vino y la literatura.
Anhelan ser un Frank Sinatra,  el gentleman que seduce y complace a las mujeres, pero señores, viejos blancos, criollos y cultos que se sienten superiores al poder de la carne y de la voluptusiodad, del Dios Dionisio, del que siempre sereis esclavos y que os resistis a ese poder evidente e incuestionable y que ante la impotencia de ese poder, maltratais, injuriais y extendeis vuestra frágil masculinidad. Así es como se formó el patriarcado. Sois paja, que se que enciende cerilla al viento...
Con amor
Linda Porn

jueves, 7 de marzo de 2019

Reclusión de niñxs hijxs de madres pobres y racializadas

Reclusión de niños hijos de mujeres pobres y racializadas
El sistema de servicios sociales que como diría Julio Rubio, no es más que un policía que puede entrar al hogar. Según sus palabras: Es la solución que ha encontrado la Institución al problema de que la policía no pueda traspasar el domicilio privado. Es una vía por la cual violar los Derechos Humanos de forma discreta y disimulada a tu casa. 
Es que no existe la educación social en la Universidad. A lo que llama la Institución educación social es la excusa para el control social y la creación de puestos de trabajo en la industria de la pobreza y la miseria. La pobreza se rentabiliza económicamente, y se inventa una profesión que no existe (desde un punto de vista objetivo). La Institución es antipedagógica, su interés no es educar, es controlar, domesticar, dominar… pero no educar
¿Qué crees que aporta la Educación Social, que no aporte otro tipo de profesiones?
La carrera de educación sociales una carrera-estafa, por lo tanto no se aprende una profesión, es la gran diferencia de otras carreras. Lo que puede aportar es la placa de policía, que te concede un estatus de poder; me facilita el acceso a las cárceles, a los centros de menores, puedo hacer informes para un juicio, para reducir una pena… te da poder. Poder que no tiene ni el juez (que sentencia según informes de trabajadores sociales o educadores sociales), poder que no tiene la policía (meterte en la vida privada de las personas).
No todos los trabajadores y educadores sociales funcionan como la policía familiar. Pero sí que su formación es más a base de industria que de ayuda, basada en prejuicios de clase, raza y género, así como los protocolos que han de seguir para cobrar sus sueldo los trabajadores sociales. Lo que se desearía es que estos mismos trabajadores pudieran tener la reflexión de analizar el trabajo que están haciendo mas allá de leer expedientes e informes tendenciosos y de dudosa veracidad que criminalizan y maltratan a niños y mujeres. Los servicios sociales es un sistema correccional y punitivo así como un sistema de negocio. La historia más reciente que se puede encontrar en la reclusión y comercio de niños, así como del castigo/control/sumisión de las madres, es en la cuna del capitalismo, en Inglaterra. Miles de niños pobres, son llevados por el gobierno a Nueva Zelanda para su explotación, donde se cometieron abusos físicos y sexuales, prometiendo a sus padres que tendrían un hogar, una educación; el mismo discurso que repite una y otra vez la institución a la sociedad en general, así como a profesores y familiares cercanos cuando se los llevan: servicios sociales lo hace mejor, la madre se ha de recuperar  (según los parámetros de la Institución que controla y castiga) entonces el niño puede volver a su casa, a veces vuelve, la mayoría de veces no. 150.000 niños ingleses enviados para reducir el número de pequeños en orfanatos en Inglaterra y levantar con la esclavitud de los niños, la colonia de nueva Zelanda.

He puesto dos casos claramente violentos por dos factores muy específicos: Hijos de madres sospechosas de víctimas de trata en España y trabajadoras sexuales en el Estado Abolicionista de la prostitución, Suecia. Casos evidentemente indignantes. Pero no sólo les sucede a estos niños, les sucede a más niños. Niños hijos de madres pobres, por no decir, la mayoría.
Para abrir un expediente de desamparo (la situación de desamparo tiene lugar cuando las personas que tienen a su cargo al menor dejan de velar por él, tenerlo en su compañía, alimentarlo, educarlo y procurarle una educación integral, la consecuencia inmediata de la declaración de desamparo es que la Administración asumirá la tutela del menor, lo que se denomina tutela ex lege) esto es lo que nos dice la ley y el papel, pero en realidad los criterios que se tienen en cuenta son estos: uno de ellos es ser una familia monomarental, otra es compartir piso (que es requisito indispensable de familias pobres para vivir en las grandes ciudades,) otra es que seas víctima de violencia de género. Al parecer los únicos niños que pueden vivir con sus madres y disfrutar de su infancia, serían los niños hijos de madres con recursos y ellas serían las únicas que pueden ejercer la maternidad. Que esto supone que hay una educación dentro de las reglas y el orden establecido de la moral burguesa y elitista, que si es permitida por el Estado.
Los menores pueden ser ingresados en un centro de acogida en horas, solo basta un informe alarmante por parte de un técnico para que un juez firme la retirada y el niño sea llevado express al centro. La decisión de que un niño sea ingresado en un centro depende de un técnico, un técnico que redactará un informe alarmante, sin corroborar, que la jueza o el juez, firmará sin pensar.
Ya ingresado, se le comunica a la madre vía telefónica y se le da un número donde puede llamar para comprobar si el niño está ingresado ahí, no puede hablar con el niño, hasta que se presente en servicios sociales, en algunos casos pueden pasar semanas para esta citación en servicios sociales, para hacer el papeleo de que está desacuerdo se lo hayan llevado o no, después una jueza/juez firma en presencia de la madre, la retirada de la tutela.
Como a el niño se lo han llevado por que corre peligro por diferentes causas que contaré más adelante, se le permite ver a su madre en un punto de encuentro, este punto blindado custodiado por los nuevos encargados de la protección del crío. Esta es la primera fase de separación de los niños de las madres, después cuando el trabajador social decide que el niño no corre peligro en presencia de la madre, que es muy subjetiva, hay niños que ven a sus madres en esas condiciones durante meses, con escasas horas a la semana, una hora en muchos de los casos. A los niños se les miente diciendo que las madres no pueden ir, creando sospechas de los niños hacia las madres, como modo de aceptar la nueva forma de vida tutelada (qué después se verá, muchos niños, se escapan, y en varios testimonios donde los niños piden expresamente volver con sus madres, sin hacerles caso ninguno.)
Cuando este trabajador decide que el niño no corre peligro, acceden a darle la dirección del centro de acogida para vaya a verlos. En una habitación con un cristal polarizado y micrófonos donde están detrás los trabajadores observando la visitas. Los niños son incapaces de hablar de lo que sucede adentro y si llegan a revelar algún maltrato son reprimidos, como restringiendo las visitas de las madres, a los niños se les dice que la madre no puede ir por que está muy ocupada con otras cosas más importantes que él, que está drogada, que está alcoholizada o que está con su chulo.
Lo cierto es que se les prohibe a las madres ir a visitar a sus hijos. Ponen pretextos varios: que no está preparada para verlo, que está alcoholizada o perdida, y a las madres, que el niño tiene muchos deberes o que ha sido tal el daño que se le ha hecho, que por el momento el niño ha de estar alejado de una maternidad caótica y tóxica y que deje de anteponer su deseo de verlo al deseo de que el crío este seguro y tranquilo.
Las madres pasan un proceso largo para que los críos puedan volver a casa, que en muchas de las veces no termina nunca, y sí termina, es con un suceso tan dramático, como la adopción. El proceso de recuperación en las madres, no es más que un proceso de constante maltrato y presión psicológica que la mayoría de las madres no logran superar, ganando así la Administración un niño pobre más. Este proceso consiste en que
vayan a los centros de salud pública a resolver su problema, en el CAS (Centro de Atención a la Salud) ya que es la única institución que valida el proceso de la madre maltratadora. Los únicos informes que le sirven a EAIA (Equipo de Atención a la Infancia y Adolescencia) el interlocutor entre DGAIA, y los niños y las madres que valoran el progreso de los dos, son de instituciones públicas como el CAS. Esto se hace con un plan de trabajo, trabajo para la madre y de acuerdo a este plan se van valorando sus aptitudes como madre. Psiquiatra, Psicóloga, trabajadora social, medicación y analíticas varias veces por semana. Un sistema que controla a las madres, y al mínimo error, significa un tiempo más para que el niño se quede en el centro, tutelado por la administración y un tiempo más, que ella ha de seguir, de cierta manera también tutelada por los CAS.
Desde que se llevan a los niños, las madres entran en un estado de tristeza infinita, al ir a las terapias impuestas por la DGAIA, difícilmente pueden superar la supuesta recuperación, ya que el verdadero problema de estas madres empezó, cuando se llevaron a sus hijos a un centro. Como comenté arriba, se siguen los mismo protocolos, algunas veces más violentos en según los casos para todo los niños hijos de madres pobres y por ende, sospechosas.
Los centros de acogida y sistemas de adopción son un negocio que sigue varias directrices.
Los niños son prácticamente vendidos, es un negocio para la DGAIA. En el caso de Cataluña, por cada niño tutelado, la administración otorga, 3000€ al mes, por niño a cada centro, estos centros se privatizaron y hace poco se reveló, y tuvo que renunciar el ex director, que los centros estaban gestionados por familiares y amigos del director de la institución y esos 3000€ más que para los niños, eran para sus bolsillos. La ropa que hay en los centros no es nueva, en algunos de los pisos las instalaciones son viejas y no están reformadas, en una habitación pueden dormir hasta seis niños con niñas. Y en un centro, un piso de 4 habitaciones y dos baños pueden estar hasta 25 niños. Ha habido casos de pornografía infantil en un centro de acogida en Cataluña. Se han puesto imágenes en redes sociales de como en los centros, los niños en invierno, llevan chanclas. Los niños más problemáticos, han sido reducidos por hasta por cuatro mossos de escuadra dentro del centro, alertados por los propios cuidadores/trabajadores sociales.
Las madres tienen dos meses para alegar contra la administración, la mayoría no puede hacerlo debido a la precariedad y han de pasar los niños y ellas todo el proceso, en soledad bajo una violencia institucional aplastante que en muchos de los casos, los niños no vuelven nunca más con las madres. En el proceso, si la madre no ha cumplido con el plan de trabajo, el niño es adoptado y nunca más se vuelven a ver, así como el cambio de identidad para que no puedan encontrarse jamás. La mayoría de estas adopciones se producen en las edades más tempranas, los niños más mayores no les interesan a las familias que adoptan.
Al ver todo este panorama se puede decir que los niños que no pueden estar con sus madres son los niños pobres. Y las madres que no ejercen bien su maternidad, son las madres pobres. Niños pobres adoptados por familias burguesas. La mala madre es la madre pobre y el niño que se le encierra en un centro, es el niño pobre.

Servicios Sociales es la institución/empresa entre niños pobres y familias no tan pobres.
Niños para explotar, niños para vender y niños para servir, niños para maltratar.
Y también como aleccionador de una familia que sale de los parámetros de la familia nuclear heterosexual por qué no le queda otra. Como la mayoría. Familias de madres solteras, pobres, sin hombres que legitimen la institución familiar, por qué por lo visto, si no hay un hombre en la familia, no será nunca una familia, la madre, cual estado patriarcal, no está legitimada como la familia. Quizá fue madre soltera por elección propia o en la mayoría de los casos por que las han abandonado con los niños, o por violencia machista y a los niños. O madres racializadas con modelos alternativos de crianza. En las que muchas pueden aventurarse a viajar para dejar un mundo de pobreza y de violencia. Todo es un castigo constante a las niñas y niños, y a sus madres.
Los servicios sociales son el brazo buenista, mas perverso del patriarcado. Castiga mediante la reclusión a los niños y a sus madres por tipificar como delito la pobreza. Mediante la reclusión, alecciona a generaciones enteras de niños para no salirse de la norma, no es la mejor opción (centros de acogida). La lección es clara para los dos: No sigas los pasos de mamá, por eso estás encerrado en un centro y en el futuro, nos llevaremos a tus hijos. Mamá, nunca debiste tener hijos, no vales como madre, ya nosotros nos encargamos.
La terapia, funciona más como tortura, que como medicina. La mayoría no supera este estado de presión psicológica donde todo lo que digas será utilizado en su contra, y si no cooperan, lo interpretan de manera negativa y que no están capacitadas para cuidar de sus hijos. Parece ser, que el objetivo es destrozar a la la madre para que puedan adoptar al niño y el niño nunca vuelva con su madre, desde el castigo y en el estigma.
Los servicios sociales y sus trabajadores y trabajadoras, contribuyen a un sistema patriarcal punitivo, misógino, clasista y racista con todo el amparo de la ley y la aprobación social para destruir niñas y madres.